domingo, 1 de noviembre de 2009

La memoria de las tortugas


Siempre hemos soñado con poder controlar la mente a través de microchips. Decenas de películas presentan máquinas con aspecto humano cuyo cerebro es el resultado de la técnica más avanzada. Son robots a las órdenes de una computadora que les dota de vida sin tenerla. Sin embargo, la grandeza de la naturaleza supera a la ficción y las tortugas marinas son un ejemplo.

Estos quelonios cuentan con una especie de chip incorporado en su cerebro que les permite identificar el lugar donde nacieron aunque se encuentre a kilómetros de distancia y es allí adonde van a poner sus huevos. Casi de manera mágica su primera casa, el lugar del que proceden, queda registrada de manera natural en su cabeza sin necesidad de ordenadores, ni de cineastas. Por eso, mi primera entrada de este blog va dedicada a las tortugas marinas y a su memoria, la gran olvidada.