sábado, 23 de julio de 2011

LEYENDAS URBANAS



Vivimos en una era en la que las leyendas urbanas se convierten en noticia un día sí y otro también. Todo el mundo es amigo del primo del sobrino que vio o protagonizó algo que nunca ocurrió. Seguro que esto no os resulta extraño.

Hace un tiempo asistí a  una conferencia sobre televisión y la ponente, una mandamás del sector audiovisual,  habló de los audímetros. Sí, ya sabéis: esos aparatitos instalados de manera arbitraria en algunos hogares españoles que se encargan de medir las audiencias. La propia conferenciante nos confesaba que en el fondo dudaba de su existencia, dado que, trabajando en el medio, nunca los había visto.

Yo os propongo otra leyenda urbana: LUXEMBURGO. ¿Quién ha conocido a alguien de Luxemburgo o ha visto a algún político de allí en televisión? ¿Podéis decirme -sin consultar internet- el nombre de algún grupo musical o de alguna película de origen luxemburgués? Seguro que hemos hecho viajes en los que pasábamos por Luxemburgo, pero ¿alguna vez hemos parado allí? ¿Cómo podemos asegurar que no fue un invento de RENFE para cobrarnos más kilometraje?

Mi compañero Javier me habla de la gran Duquesa de Luxemburgo María Teresa Mestre, pero en su borrachera nobiliaria, se olvida de que esta señora es cubana. El nombre no engaña. No me sirve, pues, como representante de este país.

Todas estas razones me llevan a pensar que Luxemburgo es un invento de Bélgica y Holanda, que a su poco glamoroso  "Be-Ne" le añadieron "Lux" para darle caché al nombre. 
Señores... el Principado de Andorra es pequeño y todos lo conocemos. Por sus balnearios o porque los Sánchez Vicario fijaban su residencia allí para no pagar impuestos. Me da igual, lo conocemos. Y lo mismo ocurre con Teruel.
No os engañéis. Luxemburgo es sólo un producto de marketing, una leyenda urbana más como la del perrito y la mermelada de "Sorpresa, sorpresa".